“Apostamos a la apicultura porque creemos en la actividad”

Apicultura

Consideran que encontraron la manera de producir de manera sustentable, con gran número de colmenas y bien atendidas sin necesidad de contar con mucho personal ni gastos fijos.

Martín Deledda es un apicultor de la provincia de Santa Fe y que comparte su experiencia apícola con nuestro medio. “Somos de Casilda, Santa Fe, es una zona netamente agrícola. Allí se practica una apicultura convencional y con apicultores que la tienen como actividad secundaria, no hay nuevas generaciones y muchos son edad avanzada no tienen ya la ambición de vivir de esto y tampoco están los medios porque el contexto ambiental no es el mismo”.

“Manejamos alrededor de 4200 colmenas, trabajamos en conjunto con mi hermano y somos tercera generación de apicultores y pensamos mucho la forma de organizarnos como empresa porque uno de los problemas que hay en la apicultura es ver qué modelo productivo es rentable y redituable. Veíamos que una apicultura de pradera era difícil. En un momento sembramos colza para las abejas, pero después nos costaba encadenar con otras floraciones hasta que decidimos levantar y llevarlas al monte a invernar y cuando estábamos viendo qué modelo productivo seguir nos encontramos con mucha oferta de material y armamos una explotación fija”, agregó Martín.

 Practican una apicultura semi-transhumante, dejando una parte de los apiarios en el monte de Traslasierra, Córdoba, donde están los núcleos, y otra parte en pradera.

“Entonces, lo que hacemos ahora es lo siguiente: en la zona Villa María-Río Cuarto-La Carlota (todo en Córdoba) tenemos distribuidas cerca de 3200 colmenas y las trabajamos así: cuando hacemos el corte de ciclo, curamos e invernamos llenando el alimentador con 10 kg de fructuosa ($1000 cada 3 colmenas), las vueltas son cada tres meses y ahora empezamos a categorizar según la cantidad de abejas que tenga la colmena. Debido a la cantidad de colmenas que manejamos, tratamos de optimizar el tiempo para poder llegar. Hicimos la prueba del frasco y está bien de varroa y de alimento también”, describió el productor.

Al momento de categorizar, la colmena que esté por debajo de los 4 marcos y para evitar que se muera, la llevan al monte para que empiece a entrar polen de molle y no perderla porque si se muere les lleva dos años volver a tener la colmena en condiciones. Allí puede suceder dos cosas: que se recupere o que maten a la reina y quede allá junto al resto de los núcleos, unos 800, que se utilizan para reponer los que fallan en pradera. Las colmenas que tienen 8-10 marcos en pradera las consideran en condiciones óptimas para llegar a producir.

Luego agregó, “En el 2004 había una tendencia a una apicultura muy eficiente y hoy notamos que esta apicultura eficiente implica mucho costo y a veces no se obtiene el resultado en el mismo año Entonces empezamos a ver una apicultura de cantidad y mejor atendidas. Ahora, vemos el núcleo como una inversión al próximo año, porque dejándolo en el monte sabemos que no necesita tanto seguimiento, que tiene un lugar óptimo con buena alimentación y cura. Con este tipo de manejo la mortandad anda alrededor del 6-7%. Lo que este año no produce acá lo llevamos al monte para que no se muera y lo reponemos con los núcleos que tenemos hechos del año pasado en el monte. Encontramos una forma de manejo, le encontramos la vuelta. Muchos productores coincidimos en que la cuestión es mantener el número de colmenas. Esta manera de trabajar nos permite tener muchas colmenas sin una gran estructura en gente y gastos fijos”.

Manifestó que tratan de desarrollarse usando como unidad de manejo un cierto ingreso de tambores, teniendo un mínimo y que para manejar una empresa apícola deben tener presente que puede venir 7-10-15 kg., ya no es como antes si viene o no viene porque antes el piso eran 30 kg.

Consideró la mortandad como un aspecto importante, hoy es del 25%. Siendo necesario un manejo respetando el calendario, teniendo una buena planificación de todo, capacitarse en todos los aspectos como cualquier empresa. Hay que hacer una apicultura sustentable y en los años buenos generar una buena reserva para poder sobrellevar los más flacos, describió.

Para finalizar dijo: “En este momento el precio es tentador, sabemos que cada tantos años pasa esto, el problema es que la apicultura no tiene un modelo productivo a seguir, cada uno tiene su librito, su forma. Es tentador mirando el contexto, el año pasado vendimos a $ 62 y hoy hablamos de 163 pesos. Pero si miramos los valores internacionales no es ninguna locura, pasa que está muy devaluado el peso. En el 2007 tuvimos miel a 4 dólares. De todos modos, apostamos a la apicultura porque creemos en la actividad. Todos los medios productivos han cambiado y la apicultura se tuvo que adaptar a eso”.