Recomendaciones para recoger enjambres

encuentran enjambre de abeja en la calle
La teoría popular sugiere que las colmenas enjambran por falta de espacio y si bien esto es en parte cierto, no es la única variable que hace que las abejas asuman el comportamiento de enjambrazón.
Entender los diferentes aspectos del fenómeno que llamamos enjambrazón es de suma importancia a la hora de recoger un conjunto de abejas que podría engrosar el número en nuestro colmenar. Entender por qué sucede, cuando sucede y a qué responde, podrían brindar las señales y pistas adecuadas a quien quiera dedicarse a la apicultura.
Con la llegada de la primavera, las colonias disponen de mayor cantidad de reservas y tienden a mostrar una mejor salud y, consecuentemente, son proclives a multiplicarse de manera exponencial. La teoría popular sugiere que las colmenas enjambran por falta de espacio y si bien esto es en parte cierto, no es la única variable que hace que las abejas asuman el comportamiento de enjambrazón. Ahora bien, dicho esto, también es menester decir que si bien la enjambrazón es un fenómeno reproductivo de las colmenas, no es el único, ya que existen dos maneras en que una colmena puede propagar su genética: Una es a través de la producción de zánganos y otra por la división de la colonia.
En consecuencia, tenemos que comparada con la riesgosa e incluso onerosa tarea que es producir un enjambre, la cría de zánganos es una apuesta relativamente poco costosa para la colmena y asegura que una porción de sus genes pasarán a las siguientes generaciones. A través de la producción de miles de zánganos, las colonias obtienen la posibilidad de diseminar su genética cuando éstos se aparean con las reinas vírgenes de otras colonias.
En todos los casos, el principio de recolección de un enjambre se basa en recoger junto con éste a la reina que le acompaña, ya que ello asegurará que las abejas no quieran volver a ubicarse en el sitio original.
Para aquellos apicultores que recién se inician –e incluso para los ya iniciados que viven obsesionados con que las colmenas les van a enjambrar-, es importante aclarar que por regla general las colmenas crían zánganos solamente cuando la colonia ha alcanzado un tamaño sustancial, y a la vez hay una entrada abundante de polen, lo cual desencadena una cascada de señales feromónicas resultantes en una población de nodrizas con altos niveles de vitelogenina y capaces de producir jalea real en abundancia, desatándose así una intensa sucesión de bucles de feromonas reales y de cría. Cuando la nutrición de la colmena es deficiente no hay zánganos, o bien los pocos restantes son desahuciados sin compasión.
Como regla general, un enjambre recién salido no pica, y su defensividad irá en aumento a medida que pase el tiempo. Este es un punto importante a la hora de sugerir medidas de seguridad y comportamiento a las personas que pudiesen dar el aviso por la presencia de un enjambre.
Recoger un enjambre en el medio rural o en el medio urbano presenta características obviamente diferentes en cuanto al tipo de alojamiento que las abejas prefieren en uno u otro sitio. Evidentemente es más fácil cazar un enjambre en el campo, sobre un árbol o en un poste que tener que desalojarlo de un taparrollos, de un nicho de un cementerio o de un agujero en la pared.
Las reinas más viejas tenderán a posarse más bajo, y las más jóvenes se ubicarán más arriba. Esta es una apreciación generalmente cierta, que nos permitirá evaluar la edad de las reinas que acompañan al enjambre, además de condicionar la estrategia que se desplegará en cada situación.
Para el caso en el cual se encuentran con un enjambre colgado de algún árbol o estructura, lo primero, una vez que se haya establecido un perímetro de seguridad para impedir que piquen a curiosos, es tener preparado un núcleo donde alojarlo. Ahora bien, dicho esto, también es importante resaltar que no siempre se encuentran a mano los elementos más adecuados para la recolección de un enjambre; por lo tanto, se debe improvisar de la mejor manera posible: una caja de cartón cerrada, un saco de tela, una bolsa o cualquier elemento de la misma naturaleza que nos permita capturar y transportar nuestras abejas hasta su nueva casa será de bastante utilidad.
El proceso de recolección del enjambre tiene elementos comunes para todas las situaciones, y es muy sencillo. Cuando está colgado, se trata simplemente de hacer caer el enjambre en el recipiente dando un golpe seco en el apoyo donde estén ubicadas las abejas.
En el caso de que estén en una pared, se cepillan con suavidad haciendo que caigan dentro del envase del cual dispongamos, y a falta de cepillo, se puede improvisar con los materiales que se encuentren a mano como un cartón, una ramita, entre otros.
Por otra parte, vale destacar que cuando el enjambre se ha alojado en el interior de una vivienda, es prudente cerciorarse de que retirarlo no representará mayor daño que el que se quiere evitar. Hay veces en que desalojar un enjambre requiere destruir media casa, con lo cual es tristemente claro que se imponen medidas más drásticas y menos afines a la sensibilidad del apicultor.
En todos los casos, el principio de recolección de un enjambre se basa en recoger junto con éste a la reina que le acompaña, ya que ello asegurará que las abejas no quieran volver a ubicarse en el sitio original. Se sabrá que se ha capturado a la reina cuando se observe que las abejas, utilizando las glándulas de Nasanoff comiencen a llamarse y agruparse en el interior del recipiente que se haya utilizado.
Como quiera que sea, algunas abejas continuarán revoloteando confundidas por los aromas que se hayan impregnado en el sitio donde se hayan posado originalmente. Aquí, si las condiciones lo permiten cabe esperar hasta que todas se hayan reagrupado en el interior del recipiente utilizado. Si ello no fuera posible, se retira directamente el enjambre a su destino final. Las abejas remanentes permanecerán durante algún tiempo en las inmediaciones y al cabo de un tiempo desaparecerán sin representar peligro para los viandantes.
Los enjambres, luego de capturados se colocan en colmenas o núcleos en su lugar definitivo, se les acompaña de cera estampada y alimento y en poco tiempo estos se transforman en colmenas sanas y productivas. De todas maneras, siempre se debe tener la precaución de observar su comportamiento, pues algunos vienen con reinas muy enjambradoras, de colmenas enfermas o parasitadas. Una buena práctica sería cambiar las reinas por otras de características conocidas.