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A través de la nutrición se trata de proporcionar alimentos, de manera sistematizada, que contengan los nutrientes necesarios para que un ser vivo (en este caso las abejas), realice de manera adecuada todas sus funciones biológicas.

Los alimentos naturales de las abejas
Como hemos explicado en la relación planta-abeja, éstas también se benefician al obtener de las plantas el néctar y el polen que son los alimentos naturales que les sirven para mantener sus colonias y sobrevivir. Por otro lado, las abejas también obtienen de las plantas sitios de anidación o refugio, y también resinas que las abejas colectan para impermeabilizar o reforzar sus nidos.
En las temporadas de alta disponibilidad de recursos (principalmente miel y polen), las abejas los colectan en abundancia y los almacenan en sus panales para el mantenimiento de toda la colonia de abejas, incluyendo las temporadas en que hay deficiencia y ausencia total de recursos en el medio que los rodea.
Los alimentos naturales que las abejas colectan, generalmente son suficientes para llenar sus necesidades nutritivas. En la naturaleza existen plantas que producen polen que podrían contener niveles bajos de nutrientes o incluso en algunos casos, es posible encontrar plantas que tienen polen o néctar con contenidos altos de sustancias tóxicas, como los alcaloides.
Dos de los factores más importantes en la regulación de la población de las colonias de abejas son: la disponibilidad de recursos del entorno, y las reservas que la colonia posea. Las poblaciones disminuyen durante las temporadas de escasez de alimentos, lo cual permite a la colonia no agotar sus reservas, y poder llegar al siguiente ciclo de floración en condiciones adecuadas de población, para resurgir como una colonia muy poblada.
Sin embargo, cuando hay necesidad de suplementar alimentos artificiales, hay que recordar que en lo que se refiere al polen y miel, hasta ahora ningún producto sustitutivo le es fisiológicamente superior.
Manejo de la colmena durante el flujo de néctar
Después de un período de falta de recursos alimenticios, las colonias de abejas estarán con poblaciones reducidas. Por lo tanto, los apicultores deberán preparar previamente sus colonias para recibir las floraciones con abundantes abejas y tener buenos rendimientos (pre cosecha). En condiciones naturales o cuando el apicultor no prepara sus colonias, las abejas se estimulan cuando detectan las primeras floraciones. Este estímulo hace que la reina ponga más huevos, lo cual se traducirá en mayor población, sin embargo, es frecuente que en algunas regiones al inicio de la temporada de abundancia se presenten floraciones intensas, lo cual servirá para mejorar las condiciones poblacionales de la colonia, pero no para almacenar mucha miel. Debido a la abundancia de recursos alimenticios durante la temporada de floración, las colonias de abejas se fortalecen considerablemente, por lo que el apicultor debe estar atento a las necesidades de espacio de sus colmenas. En esta temporada es preferible que las colonias tengan espacio de más y no que les falte. La falta de espacio provocará en la reina africanizada el instinto de formar enjambres y evasión. Este comportamiento puede ser evitado ofreciendo a la colmena espacio suficiente.

Definición e importancia de la alimentación artificial
La alimentación artificial es el suministro de alimentos que les damos a las abejas en la temporada en que la necesitan, aunque los alimentos no necesariamente tienen que ser artificiales, ya que en la alimentación de las abejas se puede proveerl de miel de otras colonias o que haya almacenada para tal fin. Si se utiliza miel o polen provenientes de otra colmena, deberá ser de colmenas sanas, para evitar la propagación de plagas o enfermedades.
Se sabe que las abejas en condiciones naturales no necesitan de la intervención humana para sobrevivir. Sin embargo, en las explotaciones comerciales, los apicultores quitan a las abejas la mayor parte de sus reservas, dejándolas en condiciones no aptas para enfrentar las temporadas críticas, por lo tanto, los productores deben de auxiliar a las colonias de abejas con alimentación suplementaria.

Tipos de alimentos artificiales en las abejas (sólidos y líquidos)
Los alimentos que se proporcionan a las colonias de abejas se pueden suministrar ya sea de manera líquida (en forma de jarabes) o sólida (pastas).
La mayoría de las veces se proporcionan alimentos energéticos en forma de jarabes, y los alimentos proteicos en forma de pastas. Los apicultores usan los alimentos energéticos líquidos o jarabes, en concentraciones diferentes para fines diferentes, así tenemos que se dividen en alimentación de mantenimiento y alimentación estimulante.
La alimentación de sostén o de mantenimiento es preparada en proporciones de agua y azúcar al 1:2, y generalmente se usa para mantener colmenas en condiciones regulares y en situaciones en que el productor no requiere aumentar la cantidad de abejas en sus colmenas. Se utiliza en situaciones de intensa escasez de néctar y polen, para evitar que la población de la colmena decaiga, generando como consecuencia una fuerte baja de la productividad durante el periodo de cosecha. La proporción 1:2 se utiliza para simular el contenido de humedad en la miel de abejas y los grados Brix. Al preparar jarabe 1:2, se obtiene un porcentaje de humedad similar al de la miel de abejas. Por cada litro de agua se utilizan dos kilos de azúcar. Es recomendable calentar el agua antes de agregar el azúcar para facilitar la dilución y obtener un jarabe de calidad. El total de jarabe producido es de 2.3 litros por mezcla (1:2).
La alimentación estimulante es menos concentrada en azúcares; generalmente se usa agua y azúcar en proporción 1:1, y se usa en la pre cosecha para estimular a las abejas a que aumenten su población al iniciar la floración. Existen abejas reinas que suspenden su postura durante largos periodos de escasez. Cuando se utiliza alimentación estimulante debe suministrarse en cantidades pequeñas, para simular un periodo de floración, y estimular la postura en la reina. El néctar contiene un alto porcentaje de humedad, por esa razón la proporción de agua en este tipo de alimentación energética es mayor, a diferencia de la alimentación de sostén.
Es conveniente comentar que con cualquiera de las dos concentraciones se pueden obtener objetivos de mantenimiento o de estímulo, siempre que se use una buena estrategia en la frecuencia del suministro de alimento; así tenemos que, aunque se dé un jarabe no muy concentrado en azúcares, si se aplica frecuentemente, generará estímulos de la reina y aumento en la población.
Algunos apicultores prefieren suministrar el jarabe enriquecido con 5% al 15% de polen en polvo diluído en el jarabe, reportando que obtienen muy buenos resultados para estimular a los núcleos en crecimiento.

Desperdicios de dulces, como la melaza no son recomendables por poseer elevados niveles de contaminantes, como el HMF (Hidroximetilfurfural), que en elevadas proporciones resulta tóxico para las abejas.
Todos los insumos que se empleen para la preparación de los alimentos deberán ser inocuos, tanto para las abejas como para las personas, asimismo, el agua que se emplee deberá ser hervida o potable.

Tipos de alimentadores
Sus características deben responder a dos necesidades básicas:

  1. Fácil de llenar.
  2. Distribución lenta y segura.

Si el alimentador no cumple con estas características se puede convertir fácilmente en una trampa mortal para las abejas. El suministro de alimentos líquidos puede hacerse en alimentadores externos o internos. Entre los alimentadores internos encontramos al tipo Doolittle, que tiene la forma y medidas de un bastidor, pero en lugar de panal tiene dos paredes que forman un hueco al centro donde se colocarán los alimentos líquidos, principalmente jarabes. Otros tipos de alimentadores internos son los recipientes que el apicultor introduce en la colmena, como botes, platos y vasos. Cualquiera que sea el tipo de alimentador que se use, en el que las abejas tengan acceso directo al jarabe, siempre debe ponérsele flotador, para evitar que las abejas mueran ahogadas. Algunos apicultores también usan frecuentemente bolsas de plástico, para dar jarabe a sus colmenas, y consiste en llenar esas bolsas con la ración de jarabe, se coloca en el interior de la colmena y luego se le hacen algunos agujeros con una aguja o una espina, por los cuales las abejas succionarán el alimento. Los alimentadores externos son los que se colocan fuera de la colmena, pero con alguna conexión al interior, para que las abejas sólo accedan al alimentador por el interior de la colmena. Entre ellos tenemos el tipo Boardman, el cual consiste en un recipiente (frasco), contenedor del jarabe, cuya tapa tiene algunos agujeros por los que se liberará el alimento. Este recipiente se inserta sobre una base, la cual a su vez estará conectada al interior de la colmena a través de la piquera o entrada de las abejas.

Otro alimentador externo que a veces se usa, es el alimentador común, que consiste en recipientes como cubetas, donde se pone el alimento y se coloca en el centro del apiario. Este tipo de alimentador es muy fácil de rellenarlo, pero tiene muchas desventajas, por lo que no es recomendable usarlo. La principal desventaja de estos alimentadores comunes es el riesgo de transmisión de enfermedades de colmenas enfermas a colmenas sanas, también aumenta el pillaje entre las colmenas, y generalmente las colmenas más fuertes se quedan con la mayoría del alimento.
Para el suministro de alimentos sólidos o pastas, se pueden usar bolsas plásticas, papel encerado o papel de arroz, los cuales pueden colocarse sobre los cabezales de los bastidores del nido de cría.
Cualquiera que sea el alimentador que el apicultor elija tendrá ventajas y desventajas, pero siempre será mejor el que más se adapte a cada necesidad. Los alimentos deberán envasarse y transportarse en recipientes limpios e inocuos para las abejas y cerrados herméticamente.

Suplementos energéticos y proteicos
Los alimentos que se pueden dar a las abejas son muy variables en sus contenidos nutritivos, de acuerdo al tipo de suplemento, conservación, calidad y región donde se consigan. Como fuente de energía se utilizan carbohidratos contenidos en alimentos como azúcar blanca o morena, glucosa, fructosa o miel procedente de colonias sanas, sola o adicionada con un poco de agua. En el caso de la fructosa, se recomienda fructosa al 55%. Como fuente de proteína se puede emplear harina de soya, levadura de cerveza, muy finamente molida y polen procedente de colonias sanas (SAGARPA, 2004). En función del mercado, hay que tomar en cuenta el tipo de alimento, ya que destinos como la Unión Europea, ponen restricciones a ciertos productos, como los modificados genéticamente, por ejemplo. Lo cual puede significar el cierre de una oportunidad de exportación.
El azúcar de mesa, es considerada como el alimento energético más usual en la apicultura, sin embargo, en opinión de varios apicultores, la fructosa comercial en diferentes concentraciones (45%, 55% o hasta 90%), da muy buenos resultados en la alimentación de las abejas, las estimula bien y no genera mucho pillaje debido a que casi no tiene olor.
También es importante mencionar que las abejas tienen un proceso digestivo particular, ya que tienen dificultad de digerir algunos nutrientes, como las grasas o los minerales. Por tal motivo se recomienda que la leche en polvo sea descremada. En este sentido se recomienda que, al usar levadura de cerveza, sea desamargada, para mejorar la palatabilidad y, en consecuencia, evitar el rechazo. Existen varias formulaciones comerciales de alimentos para abejas, y también se han hecho muchos trabajos de investigación, probando diferentes formulaciones para evaluar.