Fuentes de polen y néctar utilizadas por las colonias de abeja polinizando el girasol

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La actividad de polinización es muy importante en la producción de semillas de girasol híbrido. Incluso cuando el cultivo está en plena floración, un buen flujo de néctar o polen de otras plantas puede atraer las abejas.

La siguiente publicación presenta las fuentes de polen y néctar utilizadas por colonias de Apis mellifera que polinizan girasol (Helianthus annuus) en el valle inferior del río Colorado, Argentina. Se colocaron trampas caza-polen y cuadros con cera estampada para estudiar las fuentes de polen y néctar utilizadas por colmenas que polinizan girasol para la producción de semilla híbrida en el valle inferior del río Colorado, Argentina. Treinta y siete especies en floración fueron registradas en cercanías al cultivo de girasol. La mayoría de ellas estuvieron escasamente representadas. La máxima densidad de abejas en la línea androfértil de girasol fue de 10,00 abejas por cada 100 inflorescencias, mientras que en la línea androestéril fue de 25,33 abejas por cada 100 inflorescencias. En las cargas polínicas se identificaron siete taxa, y 26 en las muestras de miel expresa el trabajo realizado por ANA ANDRADA, ALDA VALLE, PABLO PAOLONI and LILIANA GALLEZ y que nuestro medio presenta de manera periodística.

Un gran número de especies de plantas en flor estaban presente en el área que rodea a las colmenas, pero la mayoría de ellos tenían niveles muy bajos de cobertura de abundancia.
Las abejas melíferas sólo utilizaron unas pocas especies como polen y fuentes de néctar en comparación con los grandes números de especies registradas, que está de acuerdo con otros autores (Louveaux, 1968; Parent et al.., 1990; Andrada, 2001).
El campo de girasoles en plena floración ofrecía néctar y el polen. La máxima densidad de abejas en línea S era similar a la considerada suficiente para polinizar un campo comercial (INTA, 1983) mientras que en la línea M la densidad de abejas era mucho menor. En el porcentaje de pequeños huecos era bajo (13,07± 15,22%; Paoloni, comunicación personal).
Las abejas que sólo obtienen el polen del girasol posiblemente sufren de moderados problemas fisiológicos y nutricionales estrés, como se revela por su reducida supervivencia
(Schmidt y otros, 1995), mientras que la recolección de polen de diferentes especies asegura una dieta variada, satisfactoria para su desarrollo (Louveaux, 1968).

El polen es la principal fuente de proteínas en la dieta de abejas, y es fundamental para su desarrollo y crecimiento (Stanley & Linskens, 1974; Pernal & Currie, 2000). El contenido de proteínas es considerado por muchos autores como un factor que influye en la preferencia de las abejas por el polen (Louveaux, 1958; Schmidt & Johnson, 1984), sin embargo, otros trabajos no encuentran evidencias de esta relación (van der Moezel et al., 1987).
El contenido de proteínas en el polen de girasol es inferior al 15%, lo que contribuiría a explicar su baja proporción en las cargas de polen. La baja preferencia de abejas a este polen ya ha sido reportado por varios autores (Louveaux, 1959; Fonta y otros, 1985).
Cargas de polen de Prosopis flexuosa DC., E.camaldulensis y C. solstitialis tenían más de 20% de proteínas. Eucalipto y cardo amarillo (C.solstitialis) estaban en plena floración y representaban juntos el 70% del polen recolectado. La contribución del Eucalipto fue alta incluso cuando la estimación de la cobertura de la abundancia era rara en la zona, confirmando que su presencia cerca de un campo de girasoles es altamente atractivo para las abejas (Bedascarrasbure et al., 1985).
El cardo estrella amarillo es una maleza melífera bien conocida por los apicultores locales. La P. flexuosa fue apenas representado porque su puntaje de abundancia-cobertura era muy baja y su período de floración estaba terminando

Los resultados anteriores coinciden con las observaciones realizadas por Shaw (1999), que descubrió que los niveles de menos del 20% de las proteínas no satisfacían los requisitos de la colonia, siendo los niveles ideales los que superan el 23%. Otros factores como el peso y
la humedad de las cargas no mostraba ninguna relación con la cantidad de polen recogida (Tabla 3). Las cargas de polen de cardo toro (Cirsium vulgare) tenían un contenido de nitrógeno algo menor que los de cardo estrella amarillo y eucalipto, pero se recogió en una proporción significativa. Estas tres especies totalizan alrededor del 84% del polen recolectado.

El análisis de la miel mostró la presencia de varios grupos, aunque sólo ocho superaron el 1% de contenido de granos de polen en una o más muestras. El bajo contenido de polen de girasol en todas las muestras podría explicarse teniendo en cuenta la elevada proporción de plantas de girasol que sólo ofrecen néctar (es decir, el 77% de plantas masculinas estériles) y el hecho de que el polen de girasol está subrepresentado en las mieles (Accorti et al., 1986).
Las colonias ubicadas en el lado este utilizaban el blanco el meliloto (Melilotus albus Desr.) como néctar fuente, una especie que sólo se encuentra en ese sector. Plantas de Tamarisco
(Tamarix gallica) situadas cerca del girasol en el lado Este hizo una importante contribución de néctar a la colmena muestreada más cercana. La ausencia de polen de tamarisco en el comprimido de las muestras, podrían atribuirse a su bajo contenido en proteínas (17,8%) según Forcone (2002).

La alfalfa (Medicago sativa L.) ofrece néctar y polen a las abejas, pero el mecanismo de activación de polinización de la flor golpea a la abeja. Las abejas melíferas a menudo aprenden a evitar el golpe en la cabeza, y aún así obtener el néctar sin disparar/desatar el mecanismo.. Este comportamiento explica que, al tener valores altos de alfalfa de cobertura de abundancia, el polen de esta especie se encontró en las mieles en porcentajes inferiores al 4% y ausente en las cargas de polen.

Los resultados indican que las abejas (Apis mellifera L.) recolectaron polen y néctar principalmente de la flora circundante al cultivo de girasol.

La familia de las Brassicaceae, de gran néctar de importancia (Crane et al., 1984), estaba bien representada en las mieles y pobremente en las cargas de polen. Se encontraron granos de polen de Eucalipto en todas las muestras de miel a pesar de que había muy pocos especímenes dentro del área de forrajeo. El gran atractivo de este género, presente en casi todas las mieles del sudeste pampeano (Valle et al., 1995; Andrada et al., 1998), y el hecho de que su polen está sobrerrepresentado en la miel (Ortiz & Fernández, 1992), explicaría estos hallazgos.
Otros taxones destacados fueron C. solstitialis y Carduus sp.-Cirsium vulgare, malezas melíferas
que se encuentran frecuentemente en las mieles de la provincia de Buenos Aires (Tellería, 1996; Andrada y otros, 1999) (Cuadros 3 y 4).

Considerando la asociación entre los tipos morfológicos determinados en las cargas de polen y
mieles, y la abundancia-cobertura de las especies en flor en los lados este u oeste, se puede suponer que sólo en algunos casos las cargas de polen o las muestras de miel reflejan la flora que rodea a las colmenas.

Algunos autores recomiendan el control de las malas hierbas en las áreas alrededor del campo de girasoles para evitar la presencia de flora competitiva (Zorzín y Woodward, 1998). En cambio, se sugirió que los agricultores deben tener pequeñas áreas con otras culturas en el
vecindario de los campos de girasoles, o permitir la presencia de malezas en áreas a lo largo de los bordes del campo para proporcionar fuentes suplementarias de polen para
abejas para reducir el problema de un posible estrés derivado de la ingesta de polen de girasol como única fuente (Schmidt et al., 1995).

Las colonias de abejas melíferas situadas en el valle inferior de El río Colorado forrajearon intensamente la flora que rodea a un campo de girasoles, con el fin de obtener polen y néctar, siendo las fuentes principales C. solstitialis, E. camaldulensis, C.vulgare-Carduus sp., T. gallica y algunas especies perteneciente a la familia de las Brassicaceae.