El fraude de la miel: casi la mitad de la que se importa en Europa está adulterada

La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude revela que China, Turquía y Reino Unido lideran el ranking de exportaciones fraudulentas
El 46% de la miel importada a la Unión Europea (UE) ha sido adulterada con la agregación de agua o jarabes de azúcar artificiales con el objetivo de aumentar la cantidad de producto, mucho más que el 14% registrado en el último estudio en 2015-1017. Estas son las conclusiones a las que ha llegado un estudio de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Centro de Investigación Conjunta de la UE. La cifra se eleva hasta el 74% de 89 partidas de miel originarias de China fueron consideradas sospechosas, al igual que casi todas las importadas de Turquía (14 de 15) y del 100% desde Reino Unido (10 embarques).
Se trata de una acción a gran escala coordinada entre 16 países miembros, a los que se han sumado Noruega y Suiza, que arrancó con una primera fase de toma de muestras en las fronteras en octubre de 2021. De las 320 analizadas, un 46% son sospechosas de no cumplir con la Directiva de la Miel, la normativa de la UE que regula la calidad de la miel apta para su venta y consumo. Por ende, se trataría de un caso de fraude alimentario.
Manipulación
China, Turquía y Reino Unido lideran el ranquin de exportaciones fraudulentas
El organismo considera que estos productos fraudulentos provienen principalmente de China y Turquía. Pero los datos arrojan una fotografía incluso más dudosa de la miel que se importa desde Reino Unido, con una tasa de sospecha del 100%, aunque «probablemente como resultado de la miel producida en otros países y luego mezclada en el Reino Unido antes de su reexportación a la UE».
De los 123 exportadores de miel a Europa 70 (57%), son sospechosos de adulterar sus productos, y de los 95 importadores europeos controlados, dos tercios están afectados por al menos un lote sospechoso.
Hasta la fecha, «44 operadores en la UE fueron investigados y siete sancionados», afirma OLAF.
De las 21 muestras tomadas en Francia, sólo 4 eran «miel verdadera».
En Alemania, que concentra un tercio de las importaciones europeas, la mitad de las 32 muestras tomadas eran sospechosas.
«Este alarmante resultado demuestra que el mercado europeo es un verdadero colador que permite a los defraudadores vender sus productos falsos», afirma la ONG de defensa de consumidores Foodwatch.
Los países analizados son: Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Polonia, Rumanía, España, Suecia, Noruega y Suiza. También hay mieles ucranianas, mexicanas y brasileñas.
Con las muestras reunidas en las distintas fronteras europeas, se pasó a una segunda fase de la operación. Los países participantes y la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE recopilaron información de los operadores sospechosos de fraude, además de elementos de trazabilidad de las distintas mieles.
Fraude de la miel
Se identificó el uso de aditivos y prácticas para enmascarar su origen geográfico
Las formas en las que la miel fue adulterada pasan mayoritariamente por la incorporación de agua o jarabes de azúcar al producto original, con el objetivo de aumentar su cantidad y así obtener mayores beneficios. El problema es que el resultado final tiene menor calidad, además de las consecuencias económicas para los pequeños agricultores que sí se ciñen a la normativa.
La Comisión Europea ha investigado hasta la fecha a 44 operadores y 7 han sido sancionados, según comunicó en un informe. El análisis identificó también el uso de aditivos y colorantes y prácticas para enmascarar el origen geográfico de la miel y su trazabilidad. «Basado en todo esto, hay una fuerte sospecha de que gran parte de la miel importada de países de fuera de la UE podría estar adulterada», aunque la investigación continuará para hallar resultados más exactos.