El Fipronil “mató” las colmenas de Porteña

Tras varios meses, finalmente apareció el informe oficial de SENASA sobre la mortandad de colmenas en la localidad cordobesa de Porteña
Cabe mencionar que el hecho había ocurrido en Septiembre del año pasado y en total se vieron afectados cuatro productores, aunque el informe hace alusión a solamente dos de ellos: Federico Chico y Ceferino Bertello. Al respecto, el escrito señala que dada la similitud de ambos casos, dio cuenta del mismo como un único suceso.
El objetivo fue inferir la causa por la cual se produce una mortandad inusual de colmenas en un apiario, afectando la mayoría o la totalidad de las mismas. Con este fin la construcción de la anamnesis se basa en el cuestionario que los productores responden, el informe de terreno que el agente del SENASA elabora, la toma, acondicionamiento y remisión de muestras atendiendo lo indicado en dicha circular. Las muestras incluyen diagnósticos sanitarios de varroosis y nosemosis, como así también muestras de abejas y panal para determinaciones toxicológicas.
Un dato importante indica que según las información aportada mediante las encuestas por parte de los apicultores, se puede inferir una sustantiva experiencia en el manejo de colmenas que permiten asumir que la causa de muerte de las colmenas no se sustenta en cuestiones sanitarias y/o nutricionales.
Las muestras para determinaciones toxicológicas fueron remitidas y procesadas en la coordinación de activos y residuos químicos de la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico. Los analitos buscados fueron: Fipronil y Fipronil Sulfona, Diazinon, Fenitrotion, Etion, Clorfenvinfos, Cumafos, Metilclorpirifos, Imidacloprid y Tiacloprid.
De las muestras enviadas se analizaron dos mediante LC-MSMS y se detectó en una de ellas la presencia de Fipronil y Fipronil Sulfona, considerando al Fipronil como principio activo detectado y al Fipronil Sulfona como metabolito del anterior.
En síntesis, y a modo de conclusión, estos hallazgos se constatan con valores que exceden más que significativamente a la DL 50 de contacto de las abejas.
La DL 50 brinda información sobre la dosis que provoca la muerte del 50 % de la población expuesta a un determinado compuesto en un periodo determinado. En base al resultado obtenido es posible considerar que la magnitud de la dosis de Fipronil a la que las abejas estuvieron expuestas causó el despoblamiento de las colmenas en forma abrupta y aguda en coincidencia con lo manifestado por los productores y con lo visualizado en los registros fotográficos y fílmicos aportados.

El INTA también encontró Fipronil
Estos resultados aportados por SENASA tienen claramente concordancia con el estudio llevado adelante por INTA, el cual arrojó la presencia de Fipronil y dio negativo de Clorpirifos, Imidacloprid y Tiametoxam.

La responsabilidad es de los apicultores
Por su parte, y muy lejos de tener relación con los otros resultados, desde la Dirección General de Fiscalización y Control de la Provincia de Córdoba y mediante muestras que fueron analizadas por el CEPROCOR se indicó que no se encontraron restos de productos químicos o biológicos de usos agropecuario, y agrega que en otros casos que la mortandad pudo deberse a la aplicación de estos productos, esto responde no a una mala aplicación, sino al desconocimiento de los aplicadores de la presencia de apiarios en cercanías de la zona, e inmediatamente cita el artículo 25 de la Ley 869/93, la cual establece que cada apicultor debe informar a toda persona física o jurídica que se encuentre dentro de un radio de cuatro kilómetros la presencia de dicho colmenar o colmenares, a la vez que niega la posibilidad de brindar información sobre los registros de pulverizaciones realizadas durante el período en el cual se dio la mortandad, amparándose en varias cuestiones jurídicas.

La recomendación de SENASA
Desde el organismo no dudaron en resaltarle a Federico Chico, uno de los apicultores afectados, sobre la importancia de llevar adelante este tipo de denuncias, más allá que los resultados a corto plazo no sean los esperados y resaltaron que en el último año apenas se denunciaron dos casos en la Provincia de Santa Fe y tres en Córdoba, pese a que tienen conocimiento que se han dado situaciones similares en más de otras veinte oportunidades.
Muchas veces los apicultores optan por no denunciar por miedo a ser expulsados de los campos, pero la realidad es que de nada sirve tampoco quedarse en lugares donde poco a poco les están matando las colmenas con aplicaciones que no tienen ningún tipo de control y o ente regulador.
Sin dudarlo enfatizaron desde SENASA “Si en Córdoba todos huebiesen notificado y si en todos los casos o la mayoría aparecía Fipronil, hubiese permitido elaborar una restricción al respecto”, y aquí radica claramente la importancia de no callarse cuando aparecen este tipo de casos.

“Vamos a ver que dicen ahora”
Visiblemente molesto, y en diálogo con nuestra redacción, Federico Chicco expresó “a esta altura (tres meses tardaron los informes de SENASA) no espero nada porque nadie dice más nada. Todos decían que tenían que estar los resultados así que vamos a ver ahora qué dicen. SENASA actúa a raíz que SADA hizo los análisis con el INTA y sabían que habían encontrado fipronil, por eso estuvieron obligados a dar una respuesta. Mauricio Ravinovich me dijo que él sólo podía darme los resultados, después es cosa mía lo que decida hacer. ”.
Los aplicadores no tiene los datos de las colmenas y Mariano Heavy (Ministerio Agroindustria de Córdoba) dice que ellos no tienen esa información, que la tiene SENASA, pero desde éste organismo dicen que es Córdoba quien se los pasa… expresó Chicco.
El apicultor afectado señaló, además, que se comunicó con Alfonso Lorenzo del Ministerio de Agroindustria de la Nación una vez que contó con los resultados pero no le brindó ningún tipo de solución, sólo le dijeron que entienden que la temática de “Productos químicos o biológicos de uso agropecuario se delega en las provincias. Algo similar a lo que ocurrió con SENASA , que enviaría una comunicación a Victorio Luján (encargado apícola de Córdoba) recomendando la difusión de la importancia de la denunciar este tipo de evento.
Sin dudas muy buena voluntad de parte de algunos muy pocos funcionarios que manifiestan impotencia al no poder dar una respuesta en tiempo y forma probablemente como consecuencia de las internas producto de las distintas posturas: por un lado se habla de biodiversidad, buenas prácticas agrícolas y por el otro no se controla, se hace la vista gorda a las infracciones y proponen un modelo agro-tóxico.
También hay quienes afirman que SENASA no contaría con el laboratorio en condiciones, que hay análisis para los cuales todavía no está la técnica puesta a punto y que en algunos casos algunos laboratorios no encuentran fipronil sencillamente porque no realizan el estudio específico.
No debería haber una comunicación oficial de SENASA al organismo que corresponda en la provincia de Córdoba para que queden precedentes , se sancione a quién no cumpla con la normativa correspondiente (alguna habrá), o de esto también se tiene que ocupar el apicultor damnificado?