Características de la abeja italiana

Son excelentes recolectoras y productoras de miel y se adaptan perfectamente a todos los ambientes y estaciones que se dan en estas latitudes.
Apis Mellifera Ligustica o la abeja italiana es nativa de Italia, desde los Alpes hasta el norte de Sicilia. Es una de las preferidas de los apicultores europeos y se ha extendido a otros países fuera de este continente, pero la falta de homogeneidad de esta raza ha creado dos campos: uno extremadamente contento y otro que no la valúan para nada.
En primer lugar, hay que decir que dentro de esta raza hay algunas subvariedades que se distinguen claramente. En cuanto a la producción de miel y de la reproducción, parece que la mejor es la variante de abeja italiana de color oscuro que procede de la región de los Alpes Ligures- la región noroeste de los Alpes Italianos.
La del color más claro (amarillo claro), que fue una vez extendida por todo el mundo y que procede de las regiones vecinas con Bologna, también resultó ser satisfactoria en muchas zonas, pero también se comprobó no ser tan buena como la de color oscuro. La abeja italiana de color claro, es la más difundida debido a su alta capacidad de adaptación a cualquier clima templado. Es de clima mediterráneo: invierno corto, benigno y húmedo; verano seco con prolongado flujo de néctar. Por esto último tiene un buen desarrollo en climas similares, como la región pampeana, pero presenta muchas complicaciones donde no es así, pues no logra aclimatarse fácilmente. Dificultad para invernar fuera de las zonas mediterráneas (gran consumo de alimento).
Muy utilizada en Norteamérica, Sudamérica, Nueva Zelanda y Australia tiene muchas cualidades, pero también muchos defectos en cuanto a la producción de miel, la resistencia a las enfermedades e implícitamente de la reproducción.
Su aspecto: abdomen fino y lengua relativamente larga (6,3 a 6,6 mm). Son claras con bandas amarillas en su parte delantera (1 a 4° térgito). Los pelos son cortos y densos. El índice cubital varía desde mediano a alto (2,0 a 2,7). Los zánganos tienen los pelos amarillos.
Hay muchísimos apicultores que creen que la variedad de color claro es la más pura pero la pureza de una raza se determina por un análisis morfológico. Si este medio no es posible, hay que seguir varios atributos que definen una raza, el color siendo efectivamente una primera señal por ser más fácil de notar. Es más, los atributos de las abejas son fuertemente influidos por el ambiente donde viven. Las semejanzas de clima entre las áreas que acabamos de mencionar en las que se utiliza la variedad de color claro y el medio ambiente de las que proceden son muy altas y por eso, su adaptación es casi perfecta.
Había también una variedad de abeja italiana completamente amarilla y de color claro, a la que solían llamar Aurea y que hoy en día se llama Cordobesa, que ha sido admirada en términos de estética, pero que comprobó ser inútil es términos prácticos.
En términos económicos y de reproducción, el valor de las abejas italianas consiste en una síntesis exitosa de un gran número de cualidades. Entre ellas hay que mencionar:
- la diligencia
- la ternura
- la prolificidad de la abeja reina
- el bajo instinto de enjambrar
- el hecho de que construye muy bien los panales
- opercula en seco
- suele subir la miel y por lo tanto no va a bloquear el nido
- mantiene la limpieza de la colmena
- tiene una buena respuesta a la comida artificial
- la resistencia a las enfermedades. Solamente la abeja de color oscuro comprobó esta alta resistencia a las enfermedades, la de color claro es más susceptible a la acariosis.
Es muy utilizada en los cruzamientos, tanto es así que todos los híbridos actuales tienen alguna parte de ella. Cruzada con machos de mellifera, su progenie puede dar abejas muy agresivas.
Entre las desventajas podemos mencionar la falta de adaptación de la cría al estrés, la abeja reina sigue con mucha cría a pesar de la intensidad de la cosecha. Por eso y por no tener una buena orientación, suele tender a robar.
Es muy astuta en cuanto a su comportamiento en el pecoreo, aunque puede llevarlas al indeseable pillaje.
La orientación es baja especialmente si las colmenas se colocan en filas en la misma dirección. Esta deficiencia puede ser eliminada por una colocación distinta.
Hay que añadir que curiosamente, en cierta medida, estas desventajas de las abejas italianas, son mucho más evidentes en las líneas de color claro, también registran un altísimo consumo de miel. Por eso, insistimos en estas variedades y en las zonas en las que están adecuadas. No hay que olvidar que, en América, Australia o Nueva Zelanda, las abejas son muy usadas para polinizaciones por lo que a los apicultores se les paga en acuerdo a los cuadros de abeja de la colmena, es decir que la selección ha sido hecha exclusivamente para la cría, sin importar demasiado el consumo de recursos. Es más, en las zonas mencionadas, el clima es favorable a las abejas por un período mayor.
Antes de criticar una raza, deberíamos seleccionar la variedad que nos da ventaja y los resultados no tardarán en aparecer. En la abeja italiana de color oscuro hay una combinación única de factores como valor económico y de reproducción, cosa que es comprobada por el hecho de que se usa a gran escala casi en cualquier lugar del mundo.
Cuando se trabaja correctamente con ella, puede resultar una de las mejores abejas, siendo una respuesta excelente a las necesidades de los apicultores, ya sean aficionados o profesionales, tanto la raza pura como también el híbrido. De hecho, para hibridación es adecuada tanto como donante de larvas, como también donante de zánganos, estando en concordancia para combinaciones con casi todas las otras razas. Esta aptitud universal ha hecho que la abeja italiana sea el fundamento del desarrollo de nuevas combinaciones genéticas exitosas.
Argentina, Colombia y Chile han adoptado la estrategia de traer a las reinas desde Italia para las colmenas de sus apiarios y al día de hoy, la producción de estos países se considera una de las más importantes a nivel del continente, y esto en parte ha sido por el trabajo realizado con las abejas del tipo ligústica.