Característica del polen apícola

La recolección de este producto natural se ha desarrollado en época relativamente reciente. La abeja acumula en su colmena una cantidad de polen superior a sus necesidades inmediatas.
Las abejas recogen polen de los estambres de las plantas el cual se adhiere a su cuerpo por cargas electrostáticas. Las abejas se limpian hasta donde alcanzan con sus patas humedeciendo el polen con saliva, miel y/o néctar.
Durante el vuelo amasan el polen con ayuda de sus patas, compactándolo y dándole la forma de pequeñas bolas de 6 a 8 mg hasta llenar las corbículas–especies de bolsas–de sus patas posteriores. Estos cúmulos polínicos son, en realidad la mezcla de pelotas de polen de diferentes colores que se han recolectado en flores de diversas especies y es transportado a la colmena.
A este polen así formado se le conoce con el nombre de polen apícola o polen corbicular y constituye el principal alimento proteico tanto para la abeja adulta como para su cría. El peso del polen apícola o pelotas de polen es igual a una docena o varias docenas de micro gramos, tiene aspecto de un polvillo muy fino que está constituido por gránulos microscópicos de un tamaño medio de 40μm. (con una amplitud de 2,5-2 50μm. según las especies).
El color del polen es muy variado e incluye: blanco, crema, diferentes tonos de amarillo, naranja y marrón, así como rojo, negro, malva y verde. El color es característico también de las zonas geográficas.
Este se diferencia del polen floral, que constituye el que se encuentra en las anteras de los estambres de la flor en estado bruto, antes de ser recolectado por la abeja.
Una vez la abeja en la colmena, mete el polen en una de las celdillas que rodea el nido de cría y lo recubre de miel, donde sufre un proceso de transformación fermentativa convirtiéndose en el «pan de abeja» y se conserva gracias al ácido láctico que se origina. El pan de abeja constituye la fuente de proteína básica para la colonia de abejas, los apicultores recogen mediante trampas situadas en la entrada de la colmena las pelotas de polen de las patas de las abejas.
Recolección del polen apícola
La recolección de este producto natural se ha desarrollado en época relativamente reciente. La abeja acumula en su colmena una cantidad de polen superior a sus necesidades inmediatas, por lo que el apicultor puede quitarles esa carga de polen antes de que éstas entren en el interior de la colmena.
Para ello, es necesario obligar a las abejas pecoreadoras a que pasen por una trampa de polen colocado en la entrada de la colmena o piquera, éste es un aparato formado por una rejilla de malla pequeña con agujeros del tamaño preciso suficientemente anchas para que una obrera las atraviese y lo bastante estrechas con el fin de desprender el polen pegado en la cara externa de las patas posteriores, que luego cae a un recipiente situado debajo de la trampa, conocido como cesta o cajón de polen.
El cajón de polen debe vaciarse periódicamente, dependiendo de la humedad del sitio en que se extraiga. El polen fresco contiene alrededor de un 15% de humedad. La conservación del polen fresco a temperatura ambiente está comprometida debido a la aparición de fermentaciones indeseables y el crecimiento de microtoxinas. Consecuencia de ello sus proteínas, grasas y glúcidos se degradan rápidamente. Para conservar sus características, usualmente se somete a su secado. Se utilizan hornos especiales a una temperatura máxima de 40° C. El tiempo de secado debe ser tan corto como sea posible a fin de evitar pérdida de vitaminas, hasta que se reduzca la humedad entre el 5% y el 8%. De esta manera se obtiene el polen de abeja seco. Para poder conservar, prevenir el deterioro y así preservar la máxima calidad del polen hay que mantenerlo fresco refrigerado, o bien secarlo o mezclarlo con azúcar.
El último paso del proceso es limpiar retirando con unas pinzas todas las impurezas y luego envasar el polen seco y limpio. Este se deposita en recipientes herméticos como los de la miel, en bolsas de plástico o en bidones, siendo aconsejable el embalaje al vacío. Como almacén está indicado un local seco y frio (por debajo de15ºC).
Debido a su alta cantidad de proteínas, si no se almacenan correctamente, puede perder el valor nutritivo de forma rápida. Desde el punto de vista microbiológico y sensorial el polen permanece estable hasta un año y medio de almacenamiento a temperatura ambiente, pudiendo aumentar hasta dos años si se mantiene en un lugar fresco, seco y oscuro.
Las abejas polinizan alrededor de 40.000 especies de plantas. La importancia de la polinización de abejas para la ecología y la agricultura es muy grande. Por tanto, plantas y polinizadores juegan un papel clave, tanto para el funcionamiento de los ecosistemas terrestre s como para la conservación de la biodiversidad. Sin polinizadores, muchas plantas con flores no darían semillas ni frutos, y muchos animales se quedarían sin alimento rompiéndose de este modo la cadena trófica.
Factores que determinan la eficacia polinizadora de Apis mellifera
-La variedad de plantas que visitan. Las abejas pasan por numerosas especies de plantas, pues visitan las flores metódicamente colectando polen y néctar, sin dañar las flores al alimentarse.
-La constancia o fidelidad: Cuando una abeja encuentra una fuente de néctar, continúa pecoreando en ese mismo tipo de flor hasta que llena el buche de miel y las patas de polen, descarga en la colmena y vuelve a pecorear a la misma fuente de néctar, por lo que garantiza la polinización de las especies visitadas.
-La capacidad polinizadora de una colmena. Cuando la abeja vuelve a su colmena cargada de néctar y polen, avisa a sus hermanas del lugar exacto de esa fuente de alimento, esto hace que haya una gran capacidad y eficacia polinizadora.
Factores que afectan la polinización
El polen es recolectado por las abejas principalmente al final del invierno y en primavera. Por la mañana, antes de las 10, es cuando se ven llegar más pecoreadoras cargadas de polen. En ciertas especies la recolección se realiza durante toda la jornada.
-Factores meteorológicos. Influyen en la recolección del polen. Con el viento las abejas requieren más energía para mantener el rumbo de ida y vuelta. La lluvia, impide a las abejas la salida a pecorear; al mojarlas, el peso les dificulta el vuelo pudiéndose ahogar por lo tanto se pierde gran número de ellas. Las bajas temperaturas, por debajo de 10ºC impiden la recolección normal del polen, es en la época de floración cuando las abejas recolectan todo el polen posible.
-Insecticidas: su aplicación sin tener precaución puede causar daño no sólo las abejas melíferas sino también a otros insectos, causando en general daños severos a los polinizadores. Por ello, para poder controlar plagas y al mismo tiempo proteger a los polinizadores se debería tener en cuenta algunos aspectos tales como: a) usar insecticidas con la menor toxicidad para las abejas y re alizar el mínimo número de aplicaciones, que deberían emplearse sólo cuando las poblaciones de plagas realmente re quieran control; y b)aplicar los insecticidas cuando el cultivo esté en floración, aprovechando los días de mucho frío y en horarios en los que las abejas tengan menor actividad.