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La principal causa de la crisis es la competencia insostenible a la que está expuesta la miel europea debido a las crecientes importaciones de productos llamados «miel» a muy bajos precios procedentes de terceros países, en particular, China y Ucrania.
La Unión Europea es el segundo productor mundial y el primer importador mundial de miel. La apicultura se practica en todos los países de la UE. Los principales países productores de miel son Rumanía, España, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, Francia y Grecia. La apicultura está bien integrada en las zonas rurales y participa en su desarrollo. Últimamente, también se da en las zonas más urbanas. La UE cuenta 650.000 apicultores que gestionan aproximadamente 18 millones de colmenas. Entre ellos, los que sacan una parte significativa de su renta de esta actividad gestionan cerca de 10 millones de colmenas. Desde un punto de vista económico, medioambiental y cultural, todas estas colonias son vitales para el tejido social de las regiones en cuestión. La apicultura es una actividad respetuosa del medio ambiente, perfectamente integrada en los ecosistemas y los hábitats naturales. Por los servicios de polinización que facilita en sinergia con los polinizadores silvestres, la apicultura es esencial para la agricultura y la horticultura europeas y para la biodiversidad.
Desde 2013, las importaciones de China a la UE representan en la media 80.000 toneladas anuales. China es el primer país de origen de las importaciones de miel y representa el 50% del total de las importaciones. En 2019, los precios de la miel china volvieron a bajar para situarse en 1,24€/kg. Ahora bien, en el mercado interior chino, las mieles se venden a entre 9,02 y 36,09 €/kg, mientras que los precios de importación de las mieles chinas en la UE se sitúan entre 0,90 y 2,71 €/kg. Esta diferencia de precio sólo puede explicarse por la adición masiva de jarabe de azúcar que cuesta entre 0,45 y 0,54 €/kg. Los expertos estiman que el volumen global de las importaciones de «miel» china corresponde al 70% de jarabe y el 30% de miel. Las técnicas oficiales no permiten detectar mezclas a precios a partir de 0,99 €/kg (miel muy diluida con jarabe) y las técnicas más sofisticadas no pueden detectar las mezclas a partir de 2,17 €/kg (miel poco diluida con jarabe). Se estima que la miel no contiene jarabe a partir de un precio de 3,16€/kg.
Por otra parte, la definición del término «miel» en China es diferente de la de la UE y del Codex Alimentarius. La miel en la 5 legislación europea es «la sustancia natural dulce producida por la abeja Apis mellifera a partir del néctar de plantas (…) que las abejas recolectan, transforman (…) deshidratan, almacenan y dejan en colmenas para que madure4» . Esto implica que no está permitida ninguna intervención humana en el proceso de maduración y deshidratación de la miel por las abejas. Ahora bien, la definición de la miel en China establece que no son las abejas las que deshidratan la miel, sino que la deshidratación se hace artificialmente a través de la eliminación activa del agua de la miel. Este método acelera el proceso de producción y, desde luego, es más barato; el producto obtenido es un néctar deshidratado artificialmente y no maduro. Este método de producción no es conforme a las normas de producción de la UE. Además, se estima que una proporción importante de la miel producida en China (el 90%), que se exporta a la UE, cumple la definición de miel china.
Las importaciones de miel procedentes de Ucrania también han aumentado: pasaron de 20.000 toneladas en 2013 a 47.000 toneladas en 2017 y se mantienen en torno a este nivel. Los precios han descendido a 1,69€/kg en 2019. Estos volúmenes y precios hacen suponer que Ucrania hubiera utilizado jarabe de azúcar indetectable.
Las otras causas son:

  • La actual legislación europea en materia de etiquetado del origen de la miel es insuficiente. Cuando la miel procede de más de un país de la UE o de un tercer país, sólo las menciones «mezcla de mieles originarias de la UE», «mezcla de mieles no originarias de la UE» o «mezcla de mieles originarias de la UE y no originarias de la UE», son obligatorias. Para subsanar este problema, varios Estados miembros, entre los cuales Italia, Chipre, Grecia, España, Malta, Francia y Portugal han establecido una legislación que hace obligatorio el etiquetado de todos los países de origen en las mezclas de mieles, y ello para todos los productos envasados en su país. Muchos envasadores y distribuidores suecos y alemanes también han decidido indicar todos los países de origen en las mezclas de mieles.
  • La diferencia en términos de escala económica entre los apicultores y los demás actores de la cadena provoca un desequilibrio de poder a favor de los últimos eslabones de la cadena alimentaria. El abuso de este poder durante las transacciones comerciales genera prácticas desleales. Estos últimos años se notan bloqueos de compra prácticamente totales a nivel de un país. Se trata de propuestas de compra a precios extremadamente bajos, inferiores al umbral de los precios internacionales, durante varios meses. Para sobrevivir, los apicultores entonces venden su miel con pérdida. Esta situación se ha dado sobre todo en Rumanía, Hungría, Italia y España durante los dos últimos años.
  • El cambio climático tiene un impacto directo sobre la producción de miel. Los cambios de temperatura modifican de forma sustancial los rendimientos de la miel, con fluctuaciones imprevisibles. Para poner un ejemplo, la miel de acacia (Italia, Hungría) y la miel de lavanda (Francia) – mieles con gran valor añadido – suelen tener rendimientos relativamente estables. Sin embargo, en los últimos años, se ha producido una disminución de su rendimiento y producción (cosecha de lavanda de aproximadamente 2kg/colmena y cosecha de acacia cero en varias zonas como, por ejemplo, en el norte de Italia). Esto tiene un importante impacto en los apicultores, ya que estas mieles representan habitualmente más del 50% de sus ingresos.
  • En la mayoría de los países, los consumidores compran menos miel cuando hace calor. Debido al cambio climático, vivimos períodos más largos de calor durante el año; por consiguiente, el período de comercialización de la miel es más corto y se consume menos miel. – Algunos sistemas de etiquetado nutricional en la parte frontal del envase, tales como los sistemas de códigos de color, por ejemplo, el sistema de semáforo, son obligatorios en determinados países y clasifican con color rojo la miel. En consecuencia, los grandes minoristas ya no promueven la miel. Esto tiene un impacto directo sobre el consumo.

1 pensamiento sobre “Principales causas de la crisis europea

  1. ARGENTINA tiene mieles espectaculares,claras y sin ninguna adulteracion pero siempre nos encontraban algo para bajar el precio buscaban las chinas que eran mas baratas,pero q comian? ahora que las tienen metidas en europa se dan cuenta que les tiran abajo sus mieles.JODANSEN ustedes las dejaron entrar por RATAS

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