abejas y varroa

Las adaptaciones hacia la reducción de la virulencia del ácaro dependen de las rutas de transmisión disponibles dentro de la población de abejas, que pueden ser alteradas por la apicultura.
La industria apícola está drásticamente amenazada por las catastróficas pérdidas de colonias debido a la propagación de enfermedades de abejas y parásitos, especialmente el ácaro Varroa (Neumann y Carreck 2010; Ratnieks y Carreck 2010). Irónicamente, la propagación de estas enfermedades en la apicultura se facilita a través de prácticas de manejo necesarias para la producción intensiva.
Procesos evolutivos como la selección natural que conducen a una relación estable huésped-parásito, como se ve con la abeja asiática, se han visto obstaculizados por él en las anfitrionas abejas europeas, ya que las prácticas apícolas y los tratamientos obligatorios eliminan los ácaros y en consecuencia la presión necesaria para que pueda ocurrir un proceso selectivo de adaptación. Además de eso, los medicamentos administrados por los apicultores a sus colonias para tratar contra la varroasis en realidad suelen causar más daños a la salud de la abeja (Haarmann et al. 2002; Johnson et al. 2009; Locke et al. 2012a).
Las adaptaciones hacia la reducción de la virulencia del ácaro dependen de las rutas de transmisión disponibles dentro de la población de abejas, que pueden ser alteradas por la apicultura. La transmisión vertical de madre a hija conduce a la reducción de la virulencia, mientras que la transmisión horizontal entre colonias conduce a un aumento de la virulencia de ácaros (Schmid-Hempel 2011). Las prácticas apícolas modernas en realidad favorecen las vías de transmisión parasitarias que conducen a una mayor virulencia, sobre todo mediante la técnica de prevención de la enjambrazón, el hacinamiento de colonias en apiarios de alta densidad, y mediante el intercambio de elementos de colmenas entre las colonias enfermas o muertas (Fries y Camazine 2001; Seeley y Smith 2015).
Estas poblaciones de A. mellifera resistentes a los ácaros Varroa tienen toda la presión y posibilidad de infección a los ácaros naturales y se las ha dado la oportunidad de adaptaciones naturales sin la influencia de las prácticas típicas apícolas. Abejas silvestres de Brasil y África, que sufren la presión de selección natural frente a la infección de ácaros, de manera natural, procesan adaptaciones hereditarias que contribuyen a la estabilidad de la población. Esta presión de selección constante puede ser necesaria a pesar de que las abejas de la miel A. m. scutellata en Brasil y África tienen una predisposición genética para la resistencia los ácaros.
Muchas de estas colonias de poblaciones naturales resistentes a la Varroa son más pequeñas que las colonias que se ven en los asentamientos de la apicultura, porque la necesidad artificial de altos rendimientos de producción de miel en la apicultura las ha eliminado. La capacidad de enjambrar de las colonias podría no prevenir por completo la acumulación de población de ácaros en el otoño, pero cuando se combina con otras dinámicas y rasgos de resistencia a los ácaros, pueden contribuir a la reducción del crecimiento de la población de ácaros y la mejora de la longevidad de la colonia.

Un tamaño reducido de la colonia y la reducción de la producción de cría (en concreto la producción de cría de zánganos) significan oportunidades limitadas para la reproducción de los ácaros y es una característica muy importante de la abeja asiática resistentes a la Varroa.

La anormal alta densidad de colonias en la apicultura conduce a la re-infección alta de ácaros y a una mayor propagación de las enfermedades (Seeley y Smith 2015). Sin embargo, una alta densidad de colonias no es típico entre las poblaciones resistentes de Apis mellifera. Se han estimado 10 millones de colonias de abejas en África del Sur con sólo un 1% de ellas gestionadas por los apicultores. La apicultura es generalmente menos intensiva allí, y las nuevas colonias gestionadas por apicultores suelen ser capturadas de enjambres silvestres. Una situación similar se observa en Brasil, con una gestión menos intensificada y una mayor población silvestre de abejas. Por el contrario, la mayoría de las colonias de Europa y América del Norte son gestionados por los apicultores y las colonias salvajes que han escapado suelen proceder de enjambrazones de explotaciones apícolas, al contrario que en el sur de África. La población del bosque de Arnot, por el contrario, tiene una densidad de 1 colonia / km2, mucho menor que la densidad de colonias gestionadas por apicultores en la región.

Conclusiones
Hay una necesidad urgente de soluciones sostenibles frente a la amenaza de los ácaros Varroa para la viabilidad económica de la apicultura y la agricultura, así como para la salud de las abejas, la conservación del entorno, y para los servicios que las abejas prestan a los ecosistemas. La comprensión de las interacciones naturales y las adaptaciones entre las abejas y la Varroa es un primer paso, esencial hacia el logro de este objetivo. Estas poblaciones de abejas resistentes a los ácaros proporcionan información valiosa y dan esperanza de una solución potencialmente sostenible. Es importante destacar que, actúan como ejemplos, que resistir a las crías de Varroa es posible en todas las poblaciones de abejas de todo el mundo. Una posible vía es por reproducción de los rasgos de resistencia a los ácaros genéticamente heredables o adaptados de estas poblaciones, como las defensas de comportamiento higiénico o la reducción del éxito reproductivo del ácaro. Sin embargo, estas poblaciones resistentes delatan también la influencia que tiene la apicultura en el desarrollo de infecciones y su expansión en las colonias de abejas, y, en consecuencia, por ejemplo, sugieren que la solución más eficaz para mejorar la salud de las abejas vendría de la adopción sostenible de mejores prácticas de gestión.