Miden el impacto productivo de las abejas en las plantas de soja

soja

En el sudeste de Córdoba, un equipo de investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Marcos Juárez lleva adelante un trabajo clave para comprender el papel de la polinización biótica en el cultivo de soja. Los resultados preliminares del estudio muestran que incorporar colmenas de abejas melíferas puede aumentar significativamente la productividad del cultivo: se registró un incremento del 34 % en la formación de frutos y un 27 % en el peso de las semillas.

En un contexto donde la reducción de polinizadores amenaza la seguridad alimentaria global, esta experiencia cordobesa marca un hito en la aplicación de prácticas sustentables en la agricultura extensiva. El trabajo, liderado por el investigador.

Pablo Cavigliasso, evaluó el comportamiento de la soja frente a diferentes niveles de polinización, contrastando áreas con autopolinización natural y otras con polinización biótica asistida por colmenas.

El ensayo experimental mostró que las abejas melíferas multiplican la productividad dentro de un radio de 150 metros, con una caída drástica del 72 % en la actividad de polinización a más de 300 metros de las colmenas. Además del incremento de frutos y peso de semillas, se detectó un leve aumento del 1,47 % en el contenido de aceite, lo que mejora el perfil comercial del grano.

«Estos hallazgos indican que la polinización mediante abejas melíferas no solo aumenta la productividad de la soja, sino que también compensa las limitaciones de la autopolinización y mitiga la ausencia de polinizadores nativos en condiciones ambientales adversas», destacó Cavigliasso.

Aunque históricamente se consideró a la soja como una especie autógama (es decir que se autopilinizan), los últimos estudios revelan que su polinización depende en gran medida de insectos, ya sea facilitando la transferencia de polen dentro de la misma flor, entre flores de una misma planta o entre distintas plantas. Las abejas, en particular, muestran una preferencia notable por las flores de soja, transformándolas en una fuente clave de néctar.

Este descubrimiento no solo beneficia a los agricultores. Según Cavigliasso, «la soja representa un recurso nectarífero estratégico para la apicultura, generando incluso mieles monofloras durante el pico de floración». En una Argentina con más de 15 millones de hectáreas sembradas con soja, la sinergia entre cultivos y abejas se perfila como una oportunidad de diversificación y valor agregado.

El Futuro está en la polinización

Cavigliasso indicó que “las evaluaciones económicas ponen de manifiesto la viabilidad de integrar servicios de polinización profesionales en las prácticas agrícolas, en consonancia con los objetivos de sostenibilidad”. A lo que agregó: “La polinización biótica generó un incremento comparable a la ganancia genética anual promedio acumulada de los últimos 35 años para la región productiva estudiada, lo que muestra el potencial complementario de ambos enfoques para maximizar los rendimientos”.

La polinización biótica se posiciona, así, como una herramienta clave en tiempos de cambio climático, pérdida de biodiversidad y necesidad de prácticas sustentables.