El coronavirus y la apicultura, cómo afecta a los apicultores
La pandemia de coronavirus castiga a miles de millones de todo el mundo y los apicultores de todo el planeta no se libran. Ahora la pandemia golpea especialmente a Europa, donde las colmenas están ya en plena primavera. En países como España, Portugal, Grecia o Italia, los apicultores deben afrontar el momento más importante del año en su actividad con la amenaza del Coronavirus y las restricciones que se están planteando al movimiento de personas y mercaderías.
Son días cruciales para el sector apícola. En el caso de España e Italia, dos de los países más afectados por el coronavirus en todo el mundo, las restricciones al movimiento de personas son fortísimas.
El Gobierno español ha aclarado las condiciones de movilidad. En lo que afecta a los apicultores, son estas:
– Se permite ir al trabajo, por lo tanto los apicultores pueden acceder a los colmenares para atender sus colmenas.
– No más de una persona por vehículo. Hay mucha confusión con la posibilidad de que vaya más de una persona por vehículo. La Policía Nacional ha dejado claro que no se puede salvo causa de fuerza mayor. Ir a trabajar no se considera causa de fuerza mayor. La sanción para quien incumpla este punto va de 300 a 1.000 euros.
– Los camiones y vehículos de los apicultores trashumantes pueden circular, pero siempre que solo vayan dos personas en su interior. Hay que tener en cuenta que hoteles, restaurantes y bares están cerrados: en ruta, solo están abiertas las gasolineras, pero muchas tienen cerradas las tiendas, los lavabos y otros servicios. Si viajas con colmenas, lleva bebida, comida y lo necesario para pernoctar en caso de necesidad. Los talleres mecánicos están abiertos, pero no todos y solo para camiones.
– Salvoconductos. Es aconsejable que aquellas empresas que tienen empleados y siguen operativas les expidan salvoconductos en los que certifiquen que esas personas deben acudir a su puesto de trabajo. Así se evitarán multas.
– Cierre de la frontera con Portugal.Muchos apicultores españoles tienen colmenas en zonas limítrofes de Portugal. La frontera entre ambos países se ha cerrado y solo se permite el paso por unos pocos puntos en los 1.200 kilómetros de raya. Los pasos abiertos son: Verín y Tui en Galicia, Fuentes de Oñoro y la N-122 en Castilla y León, Valencia de Alcántara en Cáceres y Caya en Badajoz y el Puente Internacional del Guadiana en Huelva. En todos los pasos hay controles que impiden el tránsito a toda persona que no tenga un motivo justificado.
– Otras fronteras cerradas. En Realidad, España ha cerrado prácticamente las fronteras hacia Francia. Marruecos ha cancelado la suya con España y la Unión Europea ha cerrado el acceso a personas de terceros países. Además, la entrada de mercancías por los puertos y los aeropuertos se ha reducido al mínimo. Al mismo tiempo, se reduce la salida de mercancías, con lo que las exportaciones de miel de los países afectados también se ven dañadas.
– Suministros de material. Ante esta situación de cierre de fronteras y también de cierre de empresas, los apicultores españoles –y también portugueses y de otros países europeos- pueden sufrir escasez de suministros y materiales. No hay que olvidar que mucho del equipamiento habitual de la apicultura procede de China. También de países como Italia, donde la epidemia está causando estragos y tiene paralizada la economía. Un recurso ante las tiendas cerradas es recurrir a las tiendas online de material apícola. En ellas se puede conseguir lo necesario y recibirlo por correo.
– Acceso al mercado. En principio, las tiendas de alimentación y los supermercados están abiertos, por lo que la miel debería seguir llegando a los lineales. Aun así, es posible que muchos apicultores vean bajar sus ventas al detalle por culpa de la limitación de movimientos.
Aunque los apicultores trabajan a menudo solos y en el campo, también deben tomar precauciones para no contagiarse y para no contagiar a otros. Es muy importante que si trabajan en equipos utilicen mascarillas para evitar salpicaduras indeseables.
Además, deben evitar el intercambio de equipo personal: guantes, velo protector, trajes de protección. Todos estos elementos pueden contagiar el virus con facilidad.
En lassalas de extracción y procesado de la miel, el personal debe llevar mascarillas y guantes.
Menos miel china en el mercado
Una consecuencia positiva del cierre de las fronteras es que deja de entrar miel procedente de China. La Unión Europea considera que un 20% de la miel que llega de fuera de sus fronteras no es miel, sino algún tipo de jarabe, y China es el país que más miel falsa envía. También es el que más miel de baja calidad vende a la UE.
Con la pandemia, sus exportaciones no pueden llegar con fluidez a los puertos europeos, así que la miel china verá reducida su presencia en el mercado común. Por tanto, los compradores deberán volver sus ojos hacia el producto local.
Sin embargo, cabe la posibilidad de que la retirada china abra camino a mieles de otras regiones, especialmente de Sudamérica. Son mieles de mejor calidad, pero a precios mucho más bajos que las producidas en Europa, por lo que compiten en condiciones ventajosas. Los apicultores europeos llevan mucho tiempo pidiendo un etiquetado claro en la miel para que los compradores conozcan la procedencia real del producto que compran.
En Europa, y especialmente en España, el coronavirus ha paralizado las protestas de los productores. La última estaba prevista para el día 10 de marzo en Madrid y se suspendió ante la evidencia de que la pandemia ya se extendía por todo el país.
