¿Se despide “La Niña”?

Durante los tres últimos años se han registrado condiciones propias de La Niña pero el análisis más reciente publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), con fecha del 1 de marzo, indica que «es posible que [este 2023] se desarrolle un evento de El Niño». Las probabilidades de que se presente esta situación de aumento de las temperaturas en el Pacífico, con impactos asociados en América, Oceanía y Europa, crecerán a partir de mediados de este año, indica la OMM.
Sin embargo, y afortunadamente, «mientras que el regreso de El Niño se considera probable, este será precedido por un período de condiciones ENOS neutrales (90% de probabilidad) durante marzo-mayo. La probabilidad de que las condiciones neutrales de ENSO continúen más allá de mayo disminuye levemente pero sigue siendo alta (80% en abril-junio y 60% en mayo-julio), según las predicciones del modelo y la evaluación de los expertos asociados de la OMM.
El riesgo aumenta a partir de mayo
Las posibilidades de que se desarrolle El Niño, si bien son bajas en la primera mitad del año (15% en abril-junio), aumentan gradualmente a 35% en mayo-julio. Los pronósticos a largo plazo para junio-agosto indican una probabilidad mucho mayor (55 %) de que se desarrolle El Niño, «pero están sujetos a una gran incertidumbre asociada con las predicciones en esta época del año, la llamada barrera de previsibilidad primaveral», indica esta entidad de la ONU especializada en meteorología y clima.
“La primera La Niña triple del siglo XXI finalmente está llegando a su fin. El efecto de enfriamiento de La Niña frenó temporalmente el aumento de las temperaturas globales, a pesar de que el período de los últimos ocho años fue el más cálido registrado”, dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
«Si ahora entramos en una fase de El Niño, es probable que esto genere otro aumento en las temperaturas globales», dijo el profesor Taalas.
El año 2016 es actualmente el más cálido registrado debido a la combinación de El Niño y el cambio climático. Hay una probabilidad del 93 por ciento de que al menos un año hasta 2026 sea el más cálido registrado, y una probabilidad de 50:50 de que la temperatura global alcance temporalmente 1,5 °C por encima de la era preindustrial, según un estudio realizado el año pasado por el Reino Unido. Met Office, que es el principal centro de la OMM para las predicciones climáticas anuales a decenales.
La Niña se asocia con el enfriamiento relativo de la superficie del océano Pacífico ecuatorial central y oriental, junto con cambios en la circulación atmosférica tropical.
La Niña se ha asociado con la sequía persistente en el Gran Cuerno de África y gran parte de América del Sur, así como con precipitaciones superiores a la media en el Sudeste Asiático y Australasia.
El fenómeno de El Niño y La Niña ocurre de manera natural. Pero se está produciendo en un contexto de cambio climático inducido por el hombre, que está aumentando las temperaturas globales, afectando los patrones de precipitaciones estacionales y haciendo que nuestro clima sea más extremo, según vuelve a recordar ahora la OMM.
Temperaturas durante el otoño 2023 en Argentina
Respecto a las temperaturas, la reciente actualización muestra un mapa muy rojo en prácticamente todo el país, dando la idea de que será difícil dejar rápidamente atrás este periodo caluroso que afecta al país desde fines del año pasado.
Estos tonos rojos indican que la categoría más probable de ocurrencia para el nuevo trimestre de otoño es la de tener temperaturas normales o superiores a la normal, en especial sobre la franja central del país y el Litoral.

Un trimestre que ya ha arrancado muy caluroso con la actual novena ola de calor que vive gran parte del país, y que según indica este pronóstico cualitativo, será difícil de contrarrestar con temperaturas más bajas de lo normal con el correr de los meses, independientemente de que puedan ocurrir luego algunos eventos singulares como ingresos de frentes fríos.
Precipitaciones durante el otoño 2023
Respecto a las precipitaciones, la proyección para el nuevo trimestre no es tan distinta a la proyección previa válida para febrero-marzo-abril (no mostrada aquí), manteniendo la idea de lluvias superiores a lo normal únicamente sobre el noroeste argentino, y normales o inferior a lo normal sobre el norte del Litoral y el oeste y noroeste patagónico, más aún, abarcando el déficit ahora también al centro de Patagonia y el oeste de Cuyo.

Pero donde puede encontrarse un signo de esperanza es sobre las provincias centrales como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, donde en la pasada proyección predominaban tonos amarronados como sinónimo de lluvias normales o inferiores a lo normal como la categoría más probable, y ahora, en la proyección para el nuevo trimestre, la región se muestra en el mapa en blanco, indicando que no hay una categoría más probable de ocurrencia.
Esto podría ser un leve indicio de que, con el debilitamiento de la Niña, ya no haya un claro forzante inhibidor de las precipitaciones en la región núcleo de Argentina, y que, eventualmente, la situación pueda intentar normalizarse, con la ilusión de que los escasos y puntuales núcleos de precipitación empiecen a ser, de una buena vez, más frecuentes y generalizados como el campo argentino suplica.