Buenas prácticas en alimentación artificial de las colonias

A continuación, una serie de buenas prácticas de alimentación artificial para lograr una adecuada nutrición de las colonias, y a la vez evitar la contaminación de la mielcon los productos utilizados
Las Buenas Prácticas son todas las acciones tendientes a reducir los riesgos microbiológicos, físicos y químicos en la producción, orientadas a la sostenibilidad ambiental, económica y social de los procesos productivos, que apuntan no sólo a asegurar la calidad e inocuidad, sino también al agregado de valor. Recordemos que las Buenas Prácticas son parte del Código Alimentario Argentino (2020).Sin embargo, cuando resulte necesario recurrir a la alimentación artificial se deberá considerar la fortaleza de las colonias, la época del año y las condiciones de la flora de la región.
Es indispensable que siempre se tomen las precauciones necesarias para evitar que durante la alimentación de las abejas se desencadene o propicie el pillaje, relatan los autores de Buenas Prácticas en Alimentación Artificial de las Colmenas: Gustavo Cabrera, Emilio Figini, Alfonso Lorenzo, Joaquín Moja y Norberto García y que presentamos de manera periodística.

¿Cuándo se usa la alimentación artificial y energética?
Las prácticas de alimentación no pueden ser un elemento que modifique o altere la
calidad de nuestra miel.
Tiene como finalidad el mantenimiento de buenas condiciones nutricionales de las colonias, facilitando el desarrollo de las mismas de acuerdo al objetivo productivo.
En ninguna circunstancia debe alterar las condiciones naturales de la miel.
La alimentación artificial es el suministro de sustitutos de la miel y/o suplementos
de polen a las colonias. Esta práctica de manejo puede utilizarse con dos objetivos
diferentes:
- Para sostén: Se utiliza para la preparación de la invernada y para
cubrir necesidades indispensables en momentos en que el alimento
es insuficiente para el adecuado mantenimiento y/o desarrollo de la
colonia. - Para estimulación: Se utiliza cuando el aporte natural es aún escaso,
de manera de crear condiciones nutricionales favorables para el
desarrollo temprano de la colonia.
Llegando a la primavera:
-Al inicio de la primavera, se recomienda suministrar jarabe de sacarosa al 66% para recomponer las reservas que se van agotando.
- En este momento, nunca se debe suministrar un volumen de jarabe desproporcionadamente grande en relación al tamaño de la colonia de abejas. El jarabe no retirado del alimentador luego de algunos días fermenta, se desperdicia, y puede generar sustancias que naturalmente no se encuentran en la miel.
- Se debe evitar la alimentación artificial de las colonias cuando ya se colocó el alza melaria porque se corre riesgo de que las abejas trasladen allí el alimento suministrado, lo depositen en los panales y se contamine la miel.
- Se deben ir reduciendo las cantidades de alimentos artificiales suministradas por colmena a medida que se acerca el inicio del flujo de néctar para evitar la contaminación de la miel. En este momento, se deben revisar las colmenas más frecuentemente para controlar el nivel de reservas. De ser necesario alimentar, no deben suministrarse cantidades mayores a las que la colonia pueda consumir en una semana.
- Se debe asegurar que las abejas consuman la totalidad del alimento artificial para evitar posteriores problemas de calidad en la miel.
- No alimentar las colonias cuando se sospeche un ingreso inminente de néctar.
- Si se alimentan las colonias durante un ingreso natural de néctar, el producto cosechado no podrá llamarse “miel” por no cumplir con la definición del estándar.
- Nunca se deben suministrar alimentos artificiales en baches de floración durante la temporada de recolección. Esos baches deberán ser previstos dejando reservas de miel en las colmenas.
Efecto de la alimentación de sostén
» Las colonias alimentadas temprano en el otoño, aún en ausencia de entrada natural de néctar, presentan un mejor desarrollo primaveral. Se considera que la mejor incentivación primaveral es una adecuada y abundante alimentación otoñal.
» No existen diferencias en cuanto a la invernada y posterior desarrollo primaveral de las colonias si se deja abundante miel o si se la cosecha y sustituye en cantidades equivalentes por un sustituto apropiado como lo es el jarabe de sacarosa.
» Se ha demostrado que la distribución de jarabes de sacarosa, además de suministrar azúcar y agua a las colonias, aumenta la recolección natural de polen. Esto resulta importante para el
desarrollo primaveral de la cría como así también para aumentar la eficiencia polinizadora de las colmenas.
Sobre la alimentación energética para la estimulación o incentivo
LA ESTIMULACIÓN es la alimentación artificial de las colonias antes del flujo principal de néctar con el propósito de incentivar la postura de la reina y así aprovechar mejor una floración que se avecina. La decisión de estimular las colonias, estará de acuerdo al objetivo de producción. Es pensable la estimulación de nuestras colonias si queremos:
- Mejorar la producción de material vivo.
-Asegurar una alta población de pecoreadoras al comienzo del flujo de néctar cuando no es posible lograrla con la floración natural.
Una época del año en la que podría utilizarse la estimulación podría ser al final del receso productivo, adelantando el comienzo de la temporada, y con el objetivo de aprovechar
íntegramente picos cortos de floración. Así, por ejemplo, una colonia ubicada en el pedemonte tucumano que naturalmente comenzaría a desarrollar hacia mediados o fines de agosto. En este caso, la máxima población de pecoreadoras se alcanzaría a principios o mediados de octubre (dados los cuarenta y dos días requeridos desde la postura del huevo hasta el inicio de las actividades de pecoreo de la abeja adulta), cuando el pico de floración ya ha pasado. Si se iniciara la estimulación de la postura de la reina durante los primeros días de julio, la colonia estaría con una alta población de pecoreadoras a principios de septiembre, momento de plena floración, incrementando así las posibilidades de producción de miel o de material vivo.
Para que la estimulación cumpla su función y no se transforme en una acción contraproducente como veremos a continuación, sólo debe implementarse si se dan ciertos requisitos fundamentales:
- Buen conocimiento de las fechas de floración y de las condiciones climáticas normalmente reinantes de la región.
- Disponibilidad de suficientes reservas energéticas en la cámara de cría. En caso de no contar con suficientes reservas, será necesario alimentar con jarabe de sostén para generar esas reservas previo al inicio de la estimulación.
- Al finalizar el período de estimulación artificial, se deberá producir una entrada natural de néctar.
- Por su cercanía al comienzo del ingreso de néctar, la herramienta de estimulación debe ajustarse al máximo para evitar contaminar la miel.
- Requiere de un buen conocimiento previo de las fechas de floración y de las condiciones climáticas normalmente reinantes de la región para lograr los resultados esperados. Sin un acabado conocimiento de la fecha de inicio de la floración, es mejor no comenzar la estimulación de las colonias.
- Sólo debe implementarse si se dispone de suficientes reservas energéticas en la cámara de cría. En caso de no contar con suficientes reservas, será necesario alimentar con jarabe de sostén para generar esas reservas previo al inicio de la estimulación.
- Nunca interrumpir un plan de incentivación artificial. Si el plan se interrumpe, se provocará un estrés nutricional, quedando las colonias en peores condiciones que al inicio de la alimentación ya que habrá más población y los requerimientos serán más altos.
- Es necesario comenzar con la estimulación un mes y medio antes del inicio del flujo de néctar. Al finalizar el período de estimulación artificial, debemos contar con una entrada natural de néctar.
- Se recomienda usar un litro de jarabe concentrado al 66% de sacarosa y, en caso necesario, una torta de suplemento de polen en forma semanal a cada colmena. Para lograr un efecto estimulante de la postura, más que la concentración del jarabe, importa la frecuencia y el volumen con que el jarabe se suministra: a mayor frecuencia mayor estímulo de la postura. Normalmente, la estimulación de las colonias, si resulta necesaria, se realiza mediante la distribución a cada colmena de un litro de jarabe en forma semanal.
Recomendaciones sobre la alimentación con suplementos de polen
- Las tortas o “paties” son la forma más aconsejable de suministro de suplementos de polen (Figura 4.8).
- Siempre utilizar productos aprobados y de formulación perfectamente conocida.
- Para definir qué producto utilizar, se debe analizar la composición que figura en los marbetes.
- A una colonia bien desarrollada, se recomienda la entrega de una torta de unos 250 g por semana, colocada sobre los cabezales de los cuadros de cría y cubierta por papel encerado.
- Los suplementos de polen que contengan levadura de cerveza sólo deben usarse al inicio de la primavera (o en caso necesario en otoño). Debemos ser muy cuidadosos con su uso a medida que se acerca un posible ingreso de néctar dado que residuos en la miel derivados de la alimentación con levaduras pueden ser interpretados como adulteración.
- El eventual uso de suplementos de polen durante la primavera se debe hacer antes de la colocación de las alzas, y alejado en el tiempo a un posible ingreso de néctar.
- Siempre asegurarse que el producto no contenga productos de organismos genéticamente modificados (por ejemplo, harina de soja OGM) ni alérgenos (proteína de leche).
- Evitar el uso de los suplementos de polen en forma líquida junto con jarabes de azúcar. Se debe recordar que son las pecoreadoras, y no las nodrizas, las que retiran el jarabe de los alimentadores y luego lo acopian en áreas destinadas al almacenamiento de miel. Por otro
lado, estos suplementos mezclados con jarabe de azúcar hacen a la mezcla muy propensa a la fermentación y por ende a la generación de productos que naturalmente no se debiesen encontrar en la miel.
La alimentación artificial de las colonias es una práctica en la producción apícola incorporada al sendero tecnológico de miel de calidad. Su uso estratégico contribuye a mejorar la vitalidad de las abejas, lograr mejores poblaciones de abejas durante los picos de floración y de esta manera lograr multiplicaciones tempranas y mejores rendimientos.

Tan importante como los aspectos técnicos del plan de alimentación resulta la planificación del mismo. La disponibilidad de recursos técnicos, humanos y financieros en tiempo y forma asegurarán que el plan se traduzca en los resultados productivos esperados. Sin embargo, nunca se debe olvidar que el uso inadecuado de la alimentación artificial puede poner en riesgo la calidad de la miel por la posible aparición de residuos. En la actualidad, esta situación está potenciada por la implementación a nivel internacional de nuevos métodos de análisis cada vez más complejos y sensibles como parte de la lucha contra el fraude. Siempre hay que asegurarse que no aparezcan en la miel sustancias diferentes a las que provienen de la transformación del néctar por las abejas, usando productos probados y aprobados para evitar cualquier tipo de problemas posteriores.
Recuerde que su plan de alimentación artificial tiene que adaptarse a la curva de floraciones y a su plan de manejo. La alimentación artificial no es una técnica que pueda siempre ajustarse a un calendario con fechas fijas.
No se recomienda el uso de

