Apicultores del Chaco salteño piden ayuda para vender su producción

Obtienen un producto orgánico, pero no tienen precio. Solicitan al Gobierno de Salta diálogo para que les otorguen la certificación para mejorar la comercialización. Las claves de una producción sin techo.
Salta tiene un enorme potencial para la miel orgánica en el monte chaqueño que le falta muy poco para despegar y aún no puede hacerlo. Se trata de la producción de los criollos del paraje El Naranjo, ubicado a 7 km de Santa Victoria Este, expresa Antonio Gaspar en el artículo publicado por eltribuno.com y que nuestro medio reproduce.
Ellos comenzaron a trabajar con el acompañamiento del docente apicultor Federico Torena, que llegó al territorio por gestión de Coopsol y fundación Pronorte. Empezaron con el trabajo de la apicultura en agosto del año 2021 y en menos de 2 años comenzaron a cosechar en abundancia.
Tienen unos 4.500 kilos de miel acopiados, pero no saben cómo venderlos. Los proyectos contemplan la producción, pero a los chaqueños ahora les falta la comercialización. A esta primera cosecha fuerte la realizaron las 16 familias beneficiadas con el proyecto de capacitación de las fundaciones de Redes Chaco.
Las distancias, los fletes, la usura de algunos, la falta de logística es algo que se debe solucionar porque es un producto noble, orgánico y en abundancia. La resolución de la Corte Interamericana de DDHH con el fallo de protección de los exlotes 55 y 14 le dan una ventaja única a los productores apícolas del Chaco salteño; les da un monte intacto para las abejas.
Está comprobado que el trabajo de las abejas mejora el monte autóctono. En menos de dos años se comienzan a ver los resultados. La polinización de las abejas le brinda dinámica al ecosistema favoreciendo las frutas y en el caso del mistol y las algarrobas le dan una abundancia increíble. Lo cual también favorece al alimento de los animales de los chaqueños. Se comienza nuevamente a hablar de diversidad en la producción.
«A los beneficiarios de la cadena apícola les cambió la vida porque incorporaron algo nuevo a su estilo de vida. La mayoría cría ganado menor y algunas vacas. Nadie era antes apicultor; es decir que la mayoría conocía a las abejas por ser solo recolectores de miel. Mediante el proyecto Recuperación Verde se trata de darles herramientas profesionales para que sean apicultores y así incorporen una nueva producción a sus vidas, lo que además hace modificar su mirada hacia la conservación del medio ambiente de su monte», dijo Federico Torena.
El Chaco salteño tiene un gran potencial para la producción de mieles de alta calidad y hoy en día hay una gran demanda de material inerte (cajones para abejas) para seguir creciendo y expandir la producción a grandes volúmenes de miel. El tema es que no pueden vender la cosecha actual para conseguir todos los materiales.
«Lo increíble del Chaco salteño es que comenzaron a cosechar a fines de agosto del año pasado. Eso le da la primicia de cosecha; es decir que son los primeros en tener el producto. Porque en otros lados en agosto todavía hace frío; cuando no hay miel ellos ya están cosechando», dijo Torena.
Al ser una producción sustentable también han empezado a mirar de otra forma el monte, su lugar, sus campos y como consecuencia, a cuidarlo mejor y a reforestar.
«Nosotros estamos agradecidos con la gente de Coopsol por las enseñanzas, pero ahora nos falta que el Gobierno o alguien nos dé una mano para la comercialización. Al Gobierno de la Provincia, al Ministerio de la Producción, les pedimos que vengan a conocernos. Queremos la certificación de orgánica porque nuestra miel no tiene contaminación alguna. Nuestras abejas se crían en un monte sin ningún agroquímico, lejos de cualquier monocultivo», dijo Franco Palomo, uno de los que más está apostando a la apicultura.
«Nos faltan muchas cosas, los fletes son carísimos. No tenemos materiales como cajones, alambres, techos. Todo eso es muy costoso. O hay que ir a buscar a Tartagal y los precios se van a las nubes. Debemos decir hay gente que vino a ofrecernos 350 pesos por kilo de miel y con esas ofertas no hay forma de seguir mejorando la producción. Queremos vender nuestra primera cosecha y luego seguir apostando al trabajo. Para eso necesitamos la ayuda del Estado», recalcó Palomo.